El legado musical de Claudio Naranjo

 

 

 

El legado musical de Claudio Naranjo

Nov 24, 2021

Por Eduardo Ribeiro

Claudio Naranjo fue un hombre de muchos intereses, tanto en las artes como en las ciencias y estudió con profundidad una amplia gama de disciplinas, dando una gran importancia al estudio de la música.  Su interés en la música hizo que se dedicara al piano y a la composición en sus años de juventud siendo durante muchos años la música su actividad principal. Como en todo a lo que se ha dedicado, en ella se desarrolló con profundidad y llegó a ganar un concurso de piano en Santiago de Chile y otro de composición musical en Rumania en la década de los 50. Pero, su más profunda influencia musical vino de su mentor, Tótila Albert, el poeta que cantó a la música de los grandes maestros occidentales y lo hizo heraldo de sus tesoros poéticos, los “Dictados Musicales” que poco a poco llegan al público en publicaciones póstumas.  A través de Tótila, Claudio Naranjo profundizó sus conocimientos del lenguaje musical y elaboró una hermenéutica de gran importancia que viene siendo estudiada actualmente.  

En 2015 Claudio Naranjo lanzó el libro “La Música Interior” (La Llave, Barcelona), obra en la que vertió sus principales ideas musicales y presentó por primera vez en libro algo de los Dictados Musicales. Es un libro audiovisual, una obra interactiva, en la cual el lector puede oír los ejemplos musicales y visionar los vídeos. “La Música Interior”, como explicó Claudio, fue escrito para ser una preparación a la revelación de la obra poético-musical de Tótila y a través de sus capítulos, llenos de ejemplos musicales, él explica cómo la gran música puede ser un vehículo de autoconocimiento y como es necesario superar el nivel del entretenimiento para ir más allá de la belleza estética. Quienes participaron en los SATs, sus talleres de autoconocimiento, pueden recordar las intensas experiencias con la música por él dirigidas, en las que se meditaba con obras como el Bolero de Ravel, la “Eroica” de Beethoven, la Inconclusa de Schubert y tantas obras maestras que son verdaderos alimentos espirituales. En el libro “La Música Interior”, Claudio Naranjo hace una síntesis de algunas de esas vivencias musicales.  

En rasgos generales, Claudio recuperó y revitalizó un conocimiento que estuvo un tanto olvidado acerca de la ciencia musical. Sin embargo, grandes sabios antiguos se dedicaron a la investigación musical, como Platón, Aristóteles y Pitágoras. Para ellos era de mucha importancia la experiencia musical del punto de vista espiritual, educacional y terapéutico. También es muy reconocida la conexión de la música con la religión, y Claudio afirmó que, si no fuera por la música de Bach, algo muy importante haría falta en la religión cristiana posterior. ¿Y qué decir de Beethoven? Se encuentran muchas biografías y comentarios que hablan de su música pero, también de su carácter, de sus convicciones políticas revolucionarias así como del sufrimiento y heroísmo por haber vencido la sordera, tornándose en uno de los grandes maestros de la música. Claudio reveló aún más cosas sobre Beethoven que era uno que se consideraba más un poeta que un músico, y que incluso inventó la palabra Tondichter – poeta de los sonidos – para afirmar que los sonidos no se bastaban como significado, pues él quería contar a los seres humanos sus hallazgos espirituales a través de su música. Un crítico musical alemán de los años entre guerras, llamado Paul Bekker, escribió en 1911 un libro llamado “Beethoven” en el que afirmaba que Beethoven era sobre todo un pensador, un filósofo y un poeta, y que su música era principalmente un vehículo de sus vivencias, muy en conformidad con lo que pensaba Claudio Naranjo. Paul Bekker fue contemporáneo de Tótila Albert quien leyó su libro e incluso copió algunos pasajes que le parecieron significativos y fueron encontrados entre sus papeles.   

Pero, ¿que hay en la música que es más que belleza estética? Este “más allá” de la música es justamente lo que Claudio Naranjo nos enseñó acerca de la dimensión espiritual y de las distintas manifestaciones del amor y de las emociones en la música. También nos mostró que este contenido que intuimos en la música es como el expresado en la literatura, en la poesía y en los mitos clásicos y, sobre todo en las narrativas del “Viaje del Héroe”, tema muy querido por Claudio y del que habló exhaustivamente en sus libros, conferencias y también en los SATs. Sin embargo, dejó muy claro para nosotros que el gran arte, en cualquiera de sus manifestaciones es expresión de la búsqueda del ser humano para encontrar el alma. 

Una corriente de estudios musicológicos llamada “New Musicology”, de fines del siglo XX e inicio del XXI, empezó a dar atención a los aspectos sociales, literarios, poéticos y hasta espirituales de la música y cuando miramos las enseñanzas de Claudio Naranjo y sobre todo los Dictados Musicales de Tótila Albert, podemos comprender cómo estos hallazgos son avanzados en relación a la musicología actual. El amplio conocimiento de literatura, mitos, poesía, religión, psicología, filosofía y espiritualidad dieron a Claudio Naranjo una amplia base de conocimientos para la elaboración de sus teorías sobre el significado de la música, y para su empeño en la superación de la experiencia musical apenas como entretenimiento y del prejuicio de considerarla sólo desde el punto de vista estético. 

Claudio afirma que la música “es mucho más que música” y nos muestra cómo el lenguaje musical está hecho de símbolos sonoros. Para él la música “es un sistema simbólico referencial al proceso de autoconocimiento transformador del ser humano” y también “alimento psicoespiritual que nos sana y nos hace mejores”, un alimento que se torna parte de nuestro cuerpo, de nuestro corazón y de nuestra conciencia y nos pone en contacto con el Ser, con el alma. 

Hablamos aquí principalmente de la música clásica y del linaje que viene de Bach hasta Brahms, y que incluye Mozart, Beethoven, Schubert y Schumann. Un linaje que, según él, no es únicamente de estilo musical y se parece a los linajes de maestros espirituales, como se encuentra en el Budismo. Por ahí podemos comprender la razón oculta del por qué pasan los siglos y aún hay tanto interés en esa música por la cual nunca se disminuye el aprecio. Pero, aunque al hablar de la música Claudio generalmente se refiera a la música clásica, también reconoce la importancia de la música étnica y popular reflexionando sobre sus cualidades y virtudes, pues toda la música, como dijo, es manifestación del amor en algún grado. Su tarea de integrar conocimientos nos muestra un mundo de la música más amplio de lo que se conoce, en el que “la música más allá de la música” es tratada como una disciplina espiritual en la búsqueda del Ser. Y es a través de la meditación unida a la música que podemos adentrarnos en este mundo maravilloso, fuente de dicha trascendental en el contacto con lo Sagrado. 

Un gran médico llamado Fleming, en los inicios del siglo XX aportó a la humanidad una medicina salvífica – la penicilina – que ha salvado millones de personas de la muerte. Nadie hoy tiene dudas de cuan grande es su descubrimiento para la humanidad. Pienso también que el Maestro Claudio Naranjo – Médico, Músico, Rabino y Chamán – nos aporta también una medicina salvífica con la música y una musicoterapia y musicología diferentes de lo que se ve en las escuelas tradicionales. La Hermenéutica Musical de Claudio Naranjo desarrolla la rama artística de su medicina donde la música se alía con el proceso de cura del ser humano, como una disciplina más  para el desarrollo espiritual, una medicina para el cuerpo, corazón y mente, cuyo principio activo es el sonido y sus reverberaciones en nuestra alma. Con Claudio Naranjo y Tótila Albert la música se vuelve a sus orígenes con el canto sagrado y nos pone en contacto con los mensajes de lo Divino, al mismo tiempo que abre horizontes profundos al mundo terapéutico y artístico. 

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